sábado, junio 04, 2005

Vida



"Los muchachos hambrientos sueñan. Los muchachos hambrientos se tienden en las barcas y se creen poderosos. Los muchachos no quieren tener hambre, no quieren tener sed. [...] En la isla donde yo vivo hay grandes pájaros de vuelo lento y bajo. En la isla donde yo vivo, los muchachos cuelgan de los árboles grandes bolas de color de plata, de color de oro, de color de sueño. Dentro de las esferas de plata, el mundo es muy distinto. El mundo es muy hermoso. [...] Hay un peligro muy grande de que se descubra el lugar donde van los golfillos a soñar. Pero yo no puedo detenerme, yo no puedo pararme a beber agua, pararme a contemplar un gusanillo. Afuera está la calle, esperando. Mi corazón es un perrillo negro y sin raza, perdido por las calles. La gran calle gris y larga, llena de polvo. [...] Pero la vida existe. Yo estoy seguro de que la vida anda escondida, por alguna parte. Esperándome. Sí, yo creo que la vida existe."
Ana María Matute. Pequeño Teatro, pág 259-260