martes, noviembre 29, 2005

Descanso


"Es el pecho de otra persona lo que nos respalda, sólo nos sentimos respaldados de veras cuando hay alguien detrás, lo indica la propia palabra, a nuestras espaldas, como en inglés también, to back, alguien a quien acaso no vemos y que nos cubre la espalda con su pecho que está a punto de rozarnos y acaba siempre rozándonos, y a veces, incluso, ese alguien nos pone una mano en el hombro con la que nos apacigua y también nos sujeta. Así duermen o creen que duermen la mayoría de los matrimonios y de las parejas, los dos se vuelven hacia el mismo lado cuando se despiden, de manera que uno le da al otro la espalda a lo largo de la noche entera y se sabe respaldado por él o ella, por ese otro, y en medio de la noche, al despertar sobresaltado por una pesadilla o ser incapaz de conciliar el sueño, al padecer una fiebre o creerse solo y abandonado a oscuras, no tiene más que darse la vuelta y ver entonces, de frente, el rostro del que le protege, que se dejará besar lo que en el rostro es besable (nariz, ojos y boca; mentón, frente y mejillas, es todo el rostro) o quizá, medio dormido, le pondrá una mano en el hombro para apaciguarle, o para sujetarle, o para agarrarse acaso."
Javier Marías, Corazón tan blanco, pág. 104.

miércoles, noviembre 23, 2005

Longitud


"La multitud siguió cantando, y aunque la canción iba diluyéndose en la distancia, se fundía con la sensual y romántica languidez de Hawai; y sus versos quemaban como el ácido el corazón de Dorothy, porque eran falsos."
Jack London, Aloha Oe, pág. 97

sábado, noviembre 19, 2005

Incertidumbre


"Pero el hombre desconoce su futuro hasta que surge ante él como la bruma otoñal que emana de los pantanos. En medio de ella, rozándose con las alas, suben y bajan sin reconocerse los pájaros demenciales: la paloma sin ver al halcón y el halcón sin ver a la paloma, sin que nadie sepa a qué distancia vuela de su muerte..."
Nikolai Gogol, Taras bulba, pág. 53

jueves, noviembre 17, 2005

Exclusión


" Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más, te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos. Marco entra en una ciudad: ve a alguien que vive en una plaza una vida o un instante que podrían ser suyos; en el lugar de aquel hombre ahora hubiera podido estar él si se hubiese detenido en le tiempo mucho tiempo antes, o bien si mucho tiempo antes, en una encrucijada, en vez de tomar por un camino hubiese tomado por el opuesto y al cabo de una larga vuelta hubiera ido a encontrarse en el lugar de aquel hombre en aquella plaza. En adelante, de aquel pasado suyo verdadero o hipotético, él queda excluido; no puede detenerse, debe continuar hasta otra ciudad donde lo espera otro pasado suyo, o algo que quizás había sido un posible futuro y ahora es el presente de algún otro. Los futuros no realizados son sólo ramas del presente: ramas secas. [..] El otro lado es un espejo negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir lo mucho que no ha tenido y no tendrá".
Italo Calvino, Las ciudades invisibles, pág. 32- 33