miércoles, junio 29, 2005

Vergüenza



"Por más razón que encontremos al amor que nos domina, siempre nos avergüenza un tanto confesarlo; al principio nos defendemos de él; pero la actitud que adoptamos de sobra revela que nuestro corazón se rinde, que solo por honor a nuestros deseos se opone nuestra boca, y que tales negativas lo prometen todo."
Moliere, Tartufo, Acto IV, Escena V

martes, junio 28, 2005

Burla



" - Quién eres - dije -, que así te confiesas envidioso de mis gustos? [...]
Desmintiendo sus sentimientos, riéndose dijo:
- Ni te envidio ni te estorbo, antes te tengo lástima. ¿Tú por ventura sabes lo que vale un día? ¿Entiendes de cuánto precio es una hora? ¿has examinado el valor del tiempo? Cierto es que no, pues así le dejas pasar, hurtado de la hora que fugitiva y secreta te llevará por preciosísimo robo. ¿Quién te ha dicho que lo que ya fue volverá cuando lo hayas menester si le llamares? Dime, ¿has visto hacia acá algunas pisadas de los días? No por cierto, que ellos solo vuelven la cabeza a reírse y burlarse de los que así los dejaron pasar. Sábete que la muerte y ellos están eslabonando y en una cadena, y en cuanto más caminan los días que van delante de ti, tiran hacia ti y te acercan la muerte, que quizá la aguardas y es ya llegada: y según vives, antes será pasada que creída. Por necio tengo al que toda la vida se muere de miedo de que se ha de morir, y por malo al que vive tan sin miedo de ella como si no la hubiese; que éste la viene a temer cuando la padece, y embarazado con el temor, ni halla remedio a la vida ni consuelo a su fin. Cuerdo es el que vive cada día como quien cada día y cada hora puede morir.
- [...] ¿Quién eres, de dónde, y qué haces aquí?
- Mi hábito y mi traje dice que soy hombre de bien y amigo de decir verdades, en lo roto y poco medrado; y lo peor que tu vida tiene es no haberme visto la cara hasta ahora. Yo soy el Desengaño."
Francisco de Quevedo, Sueños y discursos, "El mundo por de dentro".

miércoles, junio 22, 2005

Tormento



"Pregunto: ¿puede amar a alguien quien se odie a sí mismo? ¿Puede estar de acuerdo con otro quien no lo está consigo? ¿Puede ser agradable para los demás quien para sí mismo sea insoportable y molesto? Creo que nadie responderá afirmativamente, si no es más loco que la misma Locura. Y si me excluyerais, nadie podría soportar a otro, de tal modo que cada cual se apestaría a sí mismo, de sí mismo sentiría asco y a sí mismo se odiaría. La naturaleza, que a menudo es más madrastra que madre, se complace en atormentar a los hombres, sobre todo a los poco avisados, inspirándoles el afán de despreciar lo suyo y admirar lo ajeno. Esto hace que todas las disposiciones, todos los primores y todas las gracias de la vida se malogren y perezcan. ¿De qué serviría la belleza, supremo don de los dioses inmortales, si se contaminara con la mancha de la melancolía? ¿De qué la juventud, si se corrompiera con la levadura de la tristeza senil? [...] Y no obstante, ¿qué gentileza, qué gracia, qué dignidad tendría lo que hicieras, si no estuvieras satisfecho de ti mismo? Quitad esa sal de la vida, y de inmediato el orador se enfriará en su acción, ningún músico emocionará con sus cadencias, el cómico será silbado en su representación, se reirán del poeta y de sus Musas, el pintor y su arte serán desdeñados, el médico con todas sus drogas se morirá de hambre."
Erasmo de Rotterdam, Elogio de la locura. XXII

Ardiendo



"[...] Llegado aquí, pereza es el futuro.
Rasca la sequedad, neto, el insecto.
Todo ardió, se deshizo, fue a los aires,
a yo no sé qué esencia rigurosa...
Vasta es la vida, y ebria va de ausencia,
y la amargura es dulce, y claro el ánimo.
A ocultos muertos trata bien la tierra,
que los calienta y seca de misterio.
Allá arriba, absoluto, el Mediodía,
en sí se piensa y en sí mismo acaba...
Testa completa y magistral diadema,
en ti soy yo transmutación recóndita.
[...]"
Paul Valery, El cementerio marino

Falsedades



"Sabía que el conductor de mi jeep me vería al salir y podría seguirnos discretamente. Cuando arrancamos me di cuenta de que Martins no miraba atrás: son casi siempre los falsos apenados y los falsos amantes los que echan la última mirada, los que esperan saludando en los andenes, en vez de largarse rápidamente, sin mirar atrás. "
Graham Greene, El tercer hombre, pág. 26

miércoles, junio 15, 2005

Soñar



" - Déjenme con mi vida ideal. Los pequeños detalles y fastidios que me cuentan sobre la vida real, más o menos ofensivos para mi, me sacarían del cielo en que me encuentro. Cada uno muere como puede. Yo no quiero pensar en la muerte a no ser a mi manera. ¿Qué me importan los demás? Mis relaciones con los demás van a ser cortadas bruscamente. Por favor, no vuelvan a hablarme de esas gentes: ya me basta con tener que ver al juez y al abogado.-
" El hecho es - se decía a sí mismo- que parece como si mi destino fuera a morir soñando. Un ser oscuro como yo, seguro de ser olvidado antes de que pasen quince días, se engañaría a sí mismo, hay que confesarlo, si representara una comedia...
No obstante, es extraño que yo no haya conocido el arte de gozar la vida hasta no ver su término tan cercano." "
Stendhal, Rojo y Negro, pág. 583

martes, junio 07, 2005

Huída



"Es un modo que tengo de echar fuera la melancolía y arreglar la circulación. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero de los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda. Es mi sustitutivo de la pistola y la bala. Con floreo filosófico, Catón se arroja sobre su espada; yo, calladamente, me meto en el barco. No hay nada sorprendente en esto. Aunque no lo sepan, casi todos los hombres, en una o en otra ocasión, abrigan sentimientos muy parecidos a los míos respecto al océano."
Herman Melville, Moby Dick, Tomo I, pág. 27

sábado, junio 04, 2005

Vida



"Los muchachos hambrientos sueñan. Los muchachos hambrientos se tienden en las barcas y se creen poderosos. Los muchachos no quieren tener hambre, no quieren tener sed. [...] En la isla donde yo vivo hay grandes pájaros de vuelo lento y bajo. En la isla donde yo vivo, los muchachos cuelgan de los árboles grandes bolas de color de plata, de color de oro, de color de sueño. Dentro de las esferas de plata, el mundo es muy distinto. El mundo es muy hermoso. [...] Hay un peligro muy grande de que se descubra el lugar donde van los golfillos a soñar. Pero yo no puedo detenerme, yo no puedo pararme a beber agua, pararme a contemplar un gusanillo. Afuera está la calle, esperando. Mi corazón es un perrillo negro y sin raza, perdido por las calles. La gran calle gris y larga, llena de polvo. [...] Pero la vida existe. Yo estoy seguro de que la vida anda escondida, por alguna parte. Esperándome. Sí, yo creo que la vida existe."
Ana María Matute. Pequeño Teatro, pág 259-260

jueves, junio 02, 2005

Desaparición



"A diferencia de nosotros mismos, los personajes de las historias, las leyendas o las anécdotas están hechos de un material que no sufre los deterioros de la vejez. No quiero decir con esto que las leyendas y las anécdotas sean inmortales; naturalmente ellas también envejecen y junto con ellas envejecen también sus personajes, pero envejecen de tal modo que su aspecto no varía ni se deteriora, sino que va palideciendo lentamente, se vuelve transparente hasta confundirse finalmente con la pureza del espacio [...] Todo su paisaje se volverá transparente junto a él y que junto a él se irá convirtiendo lentamente en un reconfortante azul celeste, mientras nosotros desapareceremos ante un colorido paisaje de fondo que nos hace burla y a la vista de una vivificante juventud que nos hace burla."
Milan Kundera, El libro de los amores ridículos, pág 186-187