Burla
" - Quién eres - dije -, que así te confiesas envidioso de mis gustos? [...]
Desmintiendo sus sentimientos, riéndose dijo:
- Ni te envidio ni te estorbo, antes te tengo lástima. ¿Tú por ventura sabes lo que vale un día? ¿Entiendes de cuánto precio es una hora? ¿has examinado el valor del tiempo? Cierto es que no, pues así le dejas pasar, hurtado de la hora que fugitiva y secreta te llevará por preciosísimo robo. ¿Quién te ha dicho que lo que ya fue volverá cuando lo hayas menester si le llamares? Dime, ¿has visto hacia acá algunas pisadas de los días? No por cierto, que ellos solo vuelven la cabeza a reírse y burlarse de los que así los dejaron pasar. Sábete que la muerte y ellos están eslabonando y en una cadena, y en cuanto más caminan los días que van delante de ti, tiran hacia ti y te acercan la muerte, que quizá la aguardas y es ya llegada: y según vives, antes será pasada que creída. Por necio tengo al que toda la vida se muere de miedo de que se ha de morir, y por malo al que vive tan sin miedo de ella como si no la hubiese; que éste la viene a temer cuando la padece, y embarazado con el temor, ni halla remedio a la vida ni consuelo a su fin. Cuerdo es el que vive cada día como quien cada día y cada hora puede morir.
- [...] ¿Quién eres, de dónde, y qué haces aquí?
- Mi hábito y mi traje dice que soy hombre de bien y amigo de decir verdades, en lo roto y poco medrado; y lo peor que tu vida tiene es no haberme visto la cara hasta ahora. Yo soy el Desengaño."
Francisco de Quevedo, Sueños y discursos, "El mundo por de dentro".
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