lunes, octubre 31, 2005
Distancia
"Apenas se fue Severino ella cerró la puerta y se miró como otras veces en el espejo. Le pareció imposible ser la misma de siempre. Se notaba la piel como separada del cuerpo y aún la recorría un resto de estremecimiento. No había cambiado, estaba pálida y blanca como de costumbre."
Cesare Pavese, El bello verano, pag 103
(La foto es de Marta, en Julio, "Adiós, Madrid"...)
domingo, octubre 30, 2005
miércoles, octubre 26, 2005
Necesidad
"Por lo demás, ¿qué importa bendecir o maldecir la vida? Afortunada o dolorosa, fecunda o vana, tiene que ser vivida. Locos aquellos que, para atravesarla, se envuelven desde el primer momento en pesados velos de tristeza y desilusión, de suerte que en su camino todo les resulte escarpado, no solo las leguas realmente oscuras, sino incluso aquellas en las que luce un sol amable. En la Tierra todo vive, pero solo el hombre siente el dolor y la desilusión de la vida. Y tanto más lo siente cuanto más prolonga y acumula la obra de esa inteligencia que lo hace hombre y que lo separa del resto de la naturaleza, impensante e inerte. En lo más alto de la civilización es donde se siente el mayor tedio."
Eça de Queirós, Civilización, pág. 286.
domingo, octubre 23, 2005
Vida
"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un <<¡Ahhh!>>."
Jack Kerouac, En el camino, pág. 16.
jueves, octubre 20, 2005
Temor
"Eugénie se escapó asustada al jardín al oir temblar la escalera bajo los pasos de su padre. Ya experimentaba los efectos del profundo pudor y de esa conciencia particular de nuestra dicha que nos hace creer, acaso no sin razón, que llevamos grabados nuestros pensamientos sobre la frente y que saltan a la vista de la gente".
Honoré de Balzac, Eugénie Grandet, pág. 80
miércoles, octubre 19, 2005
Ausencia
"Pensé que en la vida de las personas era más importante lo que no sucedía que lo que sucedía [...] Pensé entonces que cada uno de nosotros lleva dentro un "lo que no", es decir, algo que no le ha sucedido y que sin embargo tiene más peso en su vida que "lo que sí", que lo que le ha ocurrido. [...] Pensé en mi mismo: era un buen autor de reportajes, pero lo que pesaba en mi vida no eran esos reportajes tantas veces premiados, sino una novela inexistente, que sin embargo estaba escrita en una dimensión distinta a aquella en la que me desenvolvía. [...] Todo el mundo tiene una herida por la que supura un "lo que no", que ningún "lo que sí", por extraordinario que sea, logra suturar".
Juan José Millás, Dos mujeres en Praga, pág. 65-66
lunes, octubre 17, 2005
Manipulación
"Una hora más tarde el suboficial me trajo el pase firmado con el garabato de Purgachov y me dijo que éste me estaba esperando. Le encontré preparado para partir. No puedo explicar lo que sentía al separarme de aquel hombre terrible, el monstruo, el malvado con todos, menos conmigo. ¿Por qué no decir la verdad? En aquel momento una fuerte compasión me atraía hacia ese hombre. Deseaba ardientemente liberarlo de los miserables que él dirigía y salvarle la vida antes de que fuera demasiado tarde. Shvabrin y la gente que nos rodeó me impidió expresarle todo lo que tenía en mi corazón".
Alexander Pushkin, La hija del capitán, Pág. 123
sábado, octubre 08, 2005
Renovación
"En esa nulidad y vaciedad, esa blancura de cero, aprendí a disfrutar con un bocadillo o un botón de cuello. Podía estudiar una cornisa o una albardilla con la mayor curiosidad mientras fingía escuchar el relato de una aflicción humana. Recuerdo las fechas de ciertos edificios y los nombres de los arquitectos que los proyectaron. Recuerdo la temperatura y la velocidad del viento cuando estábamos parados en determinada esquina; el relato que lo acompañaba se ha esfumado. Recuerdo que incluso estaba recordando alguna otra cosa entonces, y puedo deciros lo que estaba recordando, pero ¿para qué? Había en mí un hombre que había muerto y lo único que quedaba eran sus recuerdos; había otro hombre que estaba vivo, y ese hombre debía ser yo, yo mismo, pero estaba vivo sólo al modo como lo está un árbol, o una roca, o un animal de campo. Así como la ciudad misma se había convertido en una enorme tumba en que los hombres luchaban para ganarse una muerte decente, así también mi propia vida llegó a parecerse a una tumba que iba construyendo con mi propia muerte".
Henry Miller, Trópico de Capricornio, pág. 58
martes, octubre 04, 2005
Resignación
"No fue, pues, mi ingenio, ni siquiera mi alcohol, lo que nos separó, sino el modo de administrarlo: ahora sé que lo usaba para tapar la responsabilidad de quererte, porque quererte, entonces, era también una forma de desasosiego. Han tenido que pasar todos estos años para comprender que se trataba del desasosiego propio de la existencia, de cualquier existencia, y que al no aceptarlo como una parte de lo que la vida me daba, estaba rechazando también su lado bueno. El lado bueno de la vida eras tú, con su desasosiego incluido, pero en aquella época yo oscilaba entre el todo y la nada. Prefería no tener nada si advertía en el todo una carencia, como si hubiera todos completos. Cada todo incluye un agujero al que hay que resignarse o, mejor que eso, al que hay que aceptar como algo que lo constituye".
Juan José Millás, Cartas de Amor, "Tener razón", pág. 152