martes, octubre 04, 2005

Resignación



"No fue, pues, mi ingenio, ni siquiera mi alcohol, lo que nos separó, sino el modo de administrarlo: ahora sé que lo usaba para tapar la responsabilidad de quererte, porque quererte, entonces, era también una forma de desasosiego. Han tenido que pasar todos estos años para comprender que se trataba del desasosiego propio de la existencia, de cualquier existencia, y que al no aceptarlo como una parte de lo que la vida me daba, estaba rechazando también su lado bueno. El lado bueno de la vida eras tú, con su desasosiego incluido, pero en aquella época yo oscilaba entre el todo y la nada. Prefería no tener nada si advertía en el todo una carencia, como si hubiera todos completos. Cada todo incluye un agujero al que hay que resignarse o, mejor que eso, al que hay que aceptar como algo que lo constituye".
Juan José Millás, Cartas de Amor, "Tener razón", pág. 152